La desnudez es bella en el recogimiento
en la posesión de sí.
El ejercicio es quitarse una prenda y una atadura.
Terminar desnudo
libre volátil
sin posesiones.
Concluir en la inconmensurable presencia
de sí mismo en sí mismo
a todo lo largo ancho y profundo de sí mismo.
Una vez desnudo
vocalizar el lenguaje de la piel
traducir lo que dice una célula a la otra
caminar y percibir el movimiento de los dedos
verificar la exactitud del mecanismo de la vida
saborear la perfección del cuerpo
“hacerle verso al universo”.
El ejercicio es éste:
desnudarse y ser.
HERNÁN DARIO BLAIR