10 oct 2005

La moral del sexo

Como siempre he sido tan dada a sistematizar mis expresiones, llegué a formar el siguiente principio: existen dos clases de moral en el mundo: la oficial, que cimienta las leyes de la sociedad burguesa y que nadie puede quebrantar impunemente, y la natural entre los dos sexos, cuyo resote más poderoso es el placer.Naturalmente, yo no conocía aún esta ética; la adivinaba, apenas, por instinto, sin que hubiese sabido formularla. He reflexionado después serenamente y cada vez he confirmado más esta doble naturaleza de la ética. Lo que es moral, por ejemplo, entre los árabes, es inmoral entre los cristianos. La moral en la antigüedad era distinta a la de la Edad Media, y lo que era permitido en este tiempo repugnaría, seguramente, a nuestras sociedades modernas. La más suprema ley de la Naturaleza es la unión íntima entre el hombre y la mujer; pero la forma en que ha de realizarse esta unión depende del clima, de las convicciones religiosas y del orden social. Nadie puede, sin castigo, cometer una trasgresión de las leyes que le han sido impuestas. Y esta restricción ejerce la más grande influencia sobre los placeres de la voluptuosidad, haciéndolos ilícitos o, por lo menos, secretos. ¡Como si pudiese existir algo contrario al natural y avasallador impulso de la carne!...

Memorias secretas de una cantante
Wihelmine Schraeder-Devrient (1804-1860)