23 feb 2009

Manos


Desde que llegaste tus manos están movedizas. Me capturaron hace un rato, mientras conversábamos sobre algo interesante que ya olvidé. Y volvieron al ataque amoroso antes incluso de que nos diéramos el primer beso. Ellas aben lo que quieren, o tal vez no, no saben, y prueban por mis brazos, por mi cintura, mis piernas. Tus manos acarician, claro, pero también pellizcan y raspan y alivian. Tus manos no solamente me tocan: me dan forma.

Sandra Russo
Erótika