13 feb 2009


-...Tus manos no te pertenecen, ni tus pechos, ni mucho menos ninguno de los orificios de tu cuerpo que nosotros podemos hurgar y en los que podemos penetrar a placer. A modo de señal, para que tengas constantemente presente que has perdido el derecho a negarte, en nuestra presencia, nunca cerrarás los labios, ni cruzarás la piernas, ni juntarás las rodillas (como habrás observado que se te ha prohibido hacer desde que llegaste), lo cual indicará para ti y para nosotros que tu boca, tu vientre y tu grupa están abiertos para nosotros.

"Historia de O"
Pauline Réage / Dominique Aury (1907-1998)