10 sept 2005

"Estaba sobre él, a horcajadas , moviéndose despacio. Sus caderas dibujaban circulos imaginarios, cambiando el ritmo...mas fuerte...mas suave... y fuerte otra vez. Contraía los músculos de su vagina, tal como si ahorcara ese sexo que se mantenía duro dentro de ella.
Esas pequeñas muertes producían en él espasmos de placer. Le pedía a media voz -como un ruego, casi- que no deje de hacerlo... Ella se inclinó sobre su pecho, y se quedó alli inclinada, sin dejar de moverse. El le corrió el pelo que le caía sobre el rostro , la incorporó, tomó esas caderas con las dos manos y dejó de moverse.
-Dejáme que te vea-le dijo.

-Qué....? -ella no alcanzaba a entender.
-Sos hermosa... -le dijo con su mirada penetrante, desnudándola de ese modo, otra vez. La tomó con sus manos a modo de timón y empezó a marcar su propio ritmo, hasta hacerlo casi frenéticamente. Ella se dejaba conducir adonde él la llevaba, tiró su cuerpo hacia atras, y sintió todo el calor que iba escalando centímetro a centímetro su cuerpo hasta estallar con un gemido casi inaudible. Entonces la atrajo hacia sí, tomo sus pechos y le dijo: dámelos.
Ella se inclino hasta que la boca de él, pudo alcanzar sus pezones, dolorosamente duros de placer. Aún no se había amansado su respiración, cuando volvió a estremecerse. No podía dejar de temblar mientras él chupaba sus pechos con desesperación.
"