3 dic 2009

La vieja sirena



" Si nunca despertaste en sobresalto

febril, precipitándote hacia el lado

vacío de tu lecho, tanteándolo

con manos que se obstinan vanamente

contra implacable ausencia.

Si no sentiste entonces la muerte

desgarrándote en vida y agrandando

el vacío entre tus venas inflamado,

el vano apartamiento de tus muslos,

el ansia de tu sexo.

Si no rompió tu voz ese gemido

que acuchilla la turbia madrugada...

es que en tu corazón no ardía la hoguera

que llamamos amor.

En ella me consumo y es mi grito

tu nombre: a ti me abro en carne viva.

Mi piel muere en espera de la tuya,

mi sexo late con ansiosa boca

de pez en la agonía.

Y al no llegar tus labios con tu bálsamo

ni el fuego sosegante de tu lengua

mi mano se fatiga inútilmente

en estéril caricia...

Porque tan sólo tú tienes las alas

para el vuelo que mata y da la vida. "



José Luis Sampedro
La vieja sirena (fragmento)