12 mar 2007

Final


Cansada del juego, dejó de forcejear y le abrió sus piernas. Igual supo que no iba a hacer el amor con él, mas bien... pulseaba.
No se dejó tomar.
No se dejó besar.
No se dejó abrazar.
Lo apartaba sistemáticamente y no quería el mas mínimo gesto - ni palabra- de ternura.
Ella lo montó, ella entró en él, ella marcó el ritmo y la cadencia de sus embates.
Solo se puso de espaldas para que se derrame dentro suyo como un recipiente para la ofrenda. Quedó con la vista fija en el techo sintiéndolo moverse dentro -nerviosamente-, buscando ese lugar donde nace lo que estremece -infructuosamente-, y de esa manera lo supo.
Lo que ella negó con palabras, no pudo desmentirlo el cuerpo.
Cerró los ojos con fuerza y en ese último estertor -que no era de ella-, deseó en aquellas sombras, a un fantasma.